jueves, 21 de septiembre de 2017

Es inevitable

Nada que diga puede consolar el dolor de una persona ante una pérdida inesperada. Duele, cuando llega así duele mucho más porque no te lo esperas. Un grito desgarrador se anida en tu interior y solo recomiendo soltarlo, porque yo también los he soltado. Te sientes roto, triste, abatido y solo te digo que abraces todo eso porque hay que sentirlo, hay que abrazarlo. Siempre me aferro a la frase “el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional” y por eso toca sentir ese dolor y hay que darle su espacio. Es inevitable, al fin y al cabo…

Pero sé que después de la tormenta siempre llega la calma, eso también lo sé, y aunque ahora esas palabras queden en saco roto y sean incapaces de consolarla, sé que la calma también le llegará. Las piezas del puzle se volverán a unir para seguir caminando…


Esto me ha llevado a recordar la impermanencia de todo lo que tenemos a nuestro lado. Todo es efímero, nada es eterno. Agradecer los momentos vividos y vivirlos como si fueran los últimos, porque nunca lo sabremos. Estar en paz… Te quiero, que lo sepas, a pesar de que me empujaste con tus patas y me tiraste del sofá, pero era mirarte a los ojos y conquistarme con tu mirada. Y no puedo dejar de sonreír mientras termino estas últimas líneas porque tu imagen me ha acompañado desde el principio. Allá donde estés…


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