lunes, 11 de septiembre de 2017

¡No tienes fundamento!

Ayer fue uno de esos días que multiplican mi entusiasmo por la vida. Hacer algo por primera vez: alquilar una moto, recibir una clase exprés y empezar a visitar los rincones de esta isla bella en la que resido. Y ese niño que llevo dentro no paraba de saltar…


-¡No tienes fundamento!-, me espetó esa vocecita que muchas veces trata de intimidarme, pero si con el miedo a la muerte sabe ya que no me puede paralizar, en esta ocasión lo intentó con el miedo a la soledad. –Tienes 36 años y pareces un niño chico. Así nadie te va a querer…-. En otras circunstancias, tal vez hubiera pegado un frenazo y me hubiese entrado la ansiedad, pero a esta ya la suelo captar al vuelo y entre risas le dije ¡GRACIAS POR PARTICIPAR!


Ah, y quiero seguir consintiendo a mi niño. Se está portando tan bien, que de vez en cuando le regalo una experiencia nueva…

No hay comentarios:

Publicar un comentario