¿Qué hacemos contigo? Te me haces mayor, ¿eh? ¿Recuerdas la primera entrada publicada? ¡Qué vértigo pensar en todo lo que hemos vivido! ¡Cómo has crecido! Bueno, rectifico, ¡cómo hemos crecido! Pero yo cada vez me siento más niño, pues tú me animas a seguir siendo un niño. Cuando estoy frente a ti me despojo de todo para sacar al auténtico. Y ahora estoy con los brazos apoyados sobre la mesa y la barbilla sobre las manos, contemplando la pantalla y recordando a la persona que nos unió con una sonrisa en la cara. ¡Qué gran sensación! Pasado totalmente sanado. Y ahora solos tú y yo, viviendo el presente. ¿Habrá más? No sé, dejemos de pensar. Vamos a salir a jugar, a celebrar, ¡feliz cumpleaños! Gracias por ser la llama que prende mi vida...
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