domingo, 10 de septiembre de 2017

Nunca lo sabrás...

Me despierto antes de que suene el despertador. ¿Y si...? No lo sé. Me pongo a escribir y después haré la cama, una ducha con agua templada y elegiré la ropa apropiada. ¿Y si...? No lo sé. Siento que el miedo me quiere paralizar, pero que lo neutralizo antes de que se meta dentro e invada todo mi ser. Ahora solo pienso en terminar de escribir y una frase que escuché ayer me viene al recuerdo: "Nunca lo sabrás hasta que no lo hayas intentado". Por eso quiero hacerlo y con esa intención saldré de casa. 


¡Wow! ¡Acaba de sonar el despertador! Mi niño interior está loco de contento porque quiere disfrutar de la experiencia. Pues allá vamos...

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