lunes, 8 de febrero de 2016

No puede estar seria

A ver, ponte seria. Y lo intentó, frunció el ceño, cerró la boca como si estuviera aguantando la respiración y puso cara de pocos amigos, pero no pudo aguantar sino unos escasos segundos. No puedo, no puedo ponerme seria, sonreía sin parar. Y es que todos la recuerdan sonriendo y ella misma lo confirma. Tal vez duerma hasta sonriendo, no lo sé. Lo que sé es que me encanta estar rodeado de personas que transmiten con su sonrisa, porque es una sonrisa no forzada y que te llega al alma. Gracias Eva…


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