Un momento para mis niñas lindas, eso es lo que tuve el sábado por la
tarde en el reiki solidario, reencontrarme con mis dos amigas enfermeras. Sigo
teniendo tanta gratitud hacia ellas y por todo lo vivido, siguen teniendo tanta
gratitud por todo lo que aprendieron y vivieron conmigo, que me resulta
imposible mirarles a las caras sin dibujar una sonrisa o derramar una lágrima.
Gracias otra vez, aunque peque de pesao…
Y la gratitud la combino con la dulzura de los postres, postres que he
hecho y que me han hecho. El bizcochón vegano que me prepararon fue de zanahoria,
nueces, pasas, aceite de oliva y un montón de cosas más que combinaban a la
perfección. Todavía lo guardo como oro en paño y aún me queda un trocito que
degustaré en un momento dado…
Me he vuelto a motivar con esto de los fogones y me lancé a preparar un
flan de coco pero con un cambio radical de ingredientes. En lugar de leche
condensada, crema y azúcar de coco, en vez de leche, leche de coco, y en lugar
del caramelo tradicional, mejor un sirope de ágave. Todo más sano y natural. Oye,
pues no salió nada mal y eso que no lo había hecho antes…
Brindemos por
un dulce febrero…
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