lunes, 29 de septiembre de 2014

La risa de Dios

Cada viernes, un compañero de trabajo se suele despedir de mí preguntándome por las cenas o comidas que tengo ese finde y yo le respondo que una, dos, tres o no sé, porque a veces no tengo ninguna planeada pero puede surgir a lo largo del fin de semana. Y a lo mejor resulta que tuve una, dos, tres o ninguna, porque las cosas que están planeadas algunas veces pueden salir y otras ser canceladas. Y me lío con esto de los planes porque hay una frase que me encanta: “si quieres oír la risa de Dios, cuéntale tus planes”. Desde un personaje puedes planificar todo lo que quieras, pero la vida te llevará a donde tengas que ir. Y es que hay cosas que salen adelante y otras que se atascan, como una obra de teatro en la que voy a participar, que empezamos los ensayos el pasado mes de marzo pero después se han parado a la espera de completar el casting. Pues debe ser que ahora no es el momento y se retomarán cuando se tengan que retomar. O mis viajes, que los suelo organizar con bastante antelación, pero después esos viajes pueden salir o no, porque no sé qué pasará cuando llegue la fecha. Yo sé los planes que hago, pero el de arriba se estará estallando de la risa porque al final pasará lo que tenga que pasar...


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