jueves, 2 de octubre de 2014

Hojas de otoño

Octubre ya llegó y el otoño también hace días que llegó. Los árboles de hoja caduca comenzarán en breve a renovar sus hojas, sabedores de que es un proceso natural, que pronto nuevas hojas fuertes y frondosas volverán. Por eso lo viven sin miedo. Es parte de la vida. Y las hojas se moverán al son que decida el viento, con un vaivén de lado a lado, hasta que se posen en el lugar adecuado. Tampoco tienen miedo, porque confían en el viento, ese viento que todo lo envuelve...

El viento está en todas partes, el viento lo es todo. El árbol, las hojas y el aire, todo forma parte de todo. La hoja no se cree una simple hoja, por eso disfruta con la danza del viento. El árbol no se cree un simple árbol, por eso disfruta cuando el viento lo refresca y lo desnuda, eliminando todo aquello que carece de vida para que entre nueva vida. Pero si la hoja se creyera una simple hoja seguro que estaría aturdida y angustiada por la fuerza del viento que irremediablemente la lleva por donde la tiene que llevar. Sufriría porque no tiene el control de la situación. Y si el árbol se creyera un simple árbol, se alegraría cuando ese viento lo alimenta, pero se enfadaría cuando ese viento lo pudiera arrancar. Ellos no temen nada, no piensan, saben que no son lo que nosotros creemos que son. Nosotros los vemos como hojas y árboles, porque así nos han enseñado a percibir, pero ellos no se ven como hojas o árboles, sino como parte de un todo. Nada desaparece, todo es eterno...


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