lunes, 20 de octubre de 2014

No me sentí turista

Tuve la sensación de no ser un turista, sino uno más de la ciudad. Con eso es con lo que me quedo, pues el hecho de alquilar un apartamento en lugar de alojarte en un hotel hace que te sientas como en casa. No tienes las comodidades de un hotel, como que te hagan la cama o limpien la habitación, pero ganas en otras cosas como relacionarte con los vecinos o sentir que formas parte del vecindario.

No hubo ni recibimiento ni nada. Me dan la llave en la calle y me dicen que es el 4º piso, puerta azul, y con todos nuestros bártulos subimos las escaleras empinadas del viejo pero cómodo edificio...




Nada más llegar al apartamento me fui en busca de un supermercado para comprar lo necesario y poder prepararnos el desayuno cada mañana. Por la calle me encontré con una puertorriqueña y un dominicano, que muy amablemente me indicaron cuál era el mejor sitio para comprar, y cuando llegas a casa ya está todo listo, la wifi conectada y la nevera en perfecto estado. Faltaba un mechero, un mechero que íbamos a comprar pero que al día siguiente lo encontramos en el lugar que estaba guardado.

Y por la noche la primera ducha, esa ducha que tenía un pequeño ventanal que daba al exterior. Cantando en la ducha, celebrando mi llegada a New York...

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