miércoles, 11 de febrero de 2015

Un punto negro

Creemos que somos un punto, un punto que está separado de todo. Él no lo sabe, vive en la más completa ignorancia, y la ignorancia no es no tener cultura sino creerse este mundo y estar totalmente identificado con sus pensamientos. Él es feliz a su manera, pero lo que recibe son migajas de felicidad totalmente condicionadas. Siempre está buscando algo, encima lo busca fuera, tiene muchas expectativas y siempre quiere tener la razón, se le va la vida en tener la razón. Tiene miedo, emite muchos juicios y cree en la culpa. No acepta las cosas tal y como son y se resiste a los cambios. Se toma muy en serio a sí mismo, es inconformista e influenciable, porque siempre busca la valoración de los demás. Tiene muchas necesidades y está apegado a las cosas y a las personas. Controla, controla mucho, el control es una de sus virtudes, y eso hace que se pierda muchas experiencias por miedo a no controlarlas. Todo eso le lleva al sufrimiento...


Aún así, cuando le preguntan, puede contestar con total inocencia y convicción que es feliz, que su vida es plena, hasta que conoce una alternativa y se da cuenta de que eso no era la verdadera felicidad. Ese punto negro, irremediablemente, va a desaparecer. Un océano de luz y dicha le espera...

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