miércoles, 29 de julio de 2015

Nadando

Ayer fue mi primer día de natación. Me lancé a la piscina y empecé a nadar, de espaldas y de croll, con mucha fuerza al principio, pero a medida que avanzaba la clase, la calle se me hacía cada vez más larga, eterna. ¡Menudo ritmo marcaba el monitor, madre mía! Éste es de los que dan caña, me decían, pero yo sólo quiero hacer un poco de ejercicio, pensaba. Sólo me acordaba de los nadadores profesionales. Qué fácil se les ve por la tele, pero qué duro es ponerlo en práctica. Acabé extasiado, con agujetas en los brazos y sin fuerzas ni tan siquiera para escribir un mensaje por el whatsapp. Dicen que las dos primeras semanas serán mortales y que incluso puede darte la sensación de que cada vez lo haces peor, pero que después notarás los resultados, me insistió el monitor. Pero a ver, que yo sólo quiero hacer un poco de ejercicio, tenía ganas de decirle. Acabé agotado, sí, pero con ganas de volver. Lo haré a mi ritmo ;-)


Nadando, ¿a corriente o a contracorriente?

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