martes, 4 de junio de 2019

Día 11: El cielo lloró por nosotros

Algunas veces más, otras menos, pero las despedidas siempre dejan un halo de tristeza. Hoy tocó despedirnos de nuestro maravilloso guía… Nos dejó en un hotel que había reservado a las afueras de la ciudad de Tangalle y casi no lo encontramos. Mi compañera y amiga me preguntó que dónde la había traído y en silencio respondí que no sabía, la única motivación de mi elección fue que estaba frente a la playa y así es, bañada por el océano índico. Hoy comienza una nueva etapa del viaje, solos ante lo que ha de llegar… 

El hotel, como casi todos los hoteles donde nos hemos alojado excepto en el de anoche, está desierto, somos los únicos turistas que se están hospedando, ¿qué ha pasado en Sri Lanka que se han cancelado tantas reservas? Yo respiro tranquilidad, el temor no aparece por ningún lado… Un auténtico privilegio disfrutar del país en soledad... 

A los pocos minutos empezó a diluviar, tal vez el cielo lloró por nosotros, pero eso no impidió que saliéramos a pasear por la playa desierta. Y caminando bajo la lluvia dejé que la añoranza me siguiera bailando, pero también hubo tiempo para jugar cuando el sol empezó tímidamente a brillar...




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