viernes, 29 de mayo de 2015

La reina de París

No te marques un plazo para sanar, simplemente visualiza que ese momento llegará. Eso es lo que me dijeron y eso fue lo que llevé a la práctica. Antes de acostarme me imaginaba celebrando la sanación de múltiples maneras. Lo vivía de una forma tan intensa que muchas veces se me saltaban las lágrimas imaginando ese momento. El escenario cambiaba, incluso varias veces la misma noche, pero el protagonista y el motivo seguían siendo el mismo: yo mismo celebrando la sanación...


No fue una obligación hacerlo ni tampoco una excusa para viajar, porque el viaje salió por casualidad. Como le dije a mi compañero de viaje, los billetes me encontraron sin buscar. El caso es que la semana pasada volví a París y pensé, por qué no hacerlo realidad. Una de esas veces en las que soñaba me imaginé subiendo otra vez la Torre Eiffel. Cuando esté sano, me decía, volveré a subir. Ese momento llegó el miércoles pasado y, aunque no lo viví como supuestamente lo había imaginado o soñado, sólo sé que cerré los ojos y sentí un agradecimiento profundo por estar ahí. Gracias por estar sano, completamente sano, y gracias por darme la oportunidad de seguir viviendo y aprendiendo...


La reina de París, como a mí me gusta llamarla, me volvió a encandilar...




1 comentario:

  1. Gracias !!¡¡.Gracias !!¡¡¡ Gracias !!!! a ti Iban , por compartir , por estar sano , por ser feliz...y por dejarnos ser "" un poco " partícipes de tu vida . Fuerte abrazo.

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