jueves, 20 de marzo de 2014

Desde el observador

Ayer volví a coger el papel de observador, observador de mis propios pensamientos. Me imaginaba sentado en un gran sillón, con el codo izquierdo apoyado sobre uno de sus enormes brazos y la mano sobre la barbilla, pendiente de un televisor donde se proyectaban todos mis pensamientos...


Las imágenes se sucedían, los pensamientos iban cambiando sin necesidad de utilizar el mando. Mientras, yo simplemente observaba, sin intentar identificarme con ellos, simplemente observaba. Al principio costaba, después no tanto, y al final me daba absolutamente igual, neutro total ante lo que veía. Un gran vacío se creó, una inmensa paz se apoderó del espacio y en la televisión...no me acuerdo qué estaban poniendo en la televisión...

Eso lo conseguí tras una meditación pero, ¿y si pudiera vivir siempre desde la posición del observador?

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