jueves, 16 de enero de 2014

Hacedor compulsivo

De repente, sin apenas darme cuenta, me ví envuelto en un montón de proyectos, proyectos en los que accedí a participar voluntariamente, proyectos que me gustaban, pero proyectos que acababan con mi tiempo libre...
 
El martes, aprovechando un día libre, salí a pasear por el norte de la isla y pude ver paisajes tan lindos como la costa de Los Cocoteros...
 
 
Sentado cerca de las galerías de Chafariz, pensé que tal vez tardaría mucho tiempo en volver a hacer algo tan simple como dar un paseo por la naturaleza, o asistir a un concierto un viernes por la noche, o desayunar con alguien un sábado por la mañana sin estar pendiente del reloj porque más tarde tendría que ensayar...
 
Acabé el día haciendo una sesión de reiki, disfrutando de la paz y tranquilidad del momento, y justo ahí ví con claridad que debía tomar la decisión de soltar, soltar aquello que me privaba de la libertad, soltar para recuperar lo que necesitas y volver a tu hogar...
 
Sin quererlo me convertí en un hacedor compulsivo, hacer cosas por hacer, aunque esas cosas me agradaba hacerlas, pero escuché mi cuerpo y solté. Ahora hago cosas y tengo tiempo para mí, para hacer lo que me dé la gana, como bien me dijeron, así que a continuar aprendiendo, y si tengo que soltar más cosas, soltaré...

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