martes, 24 de diciembre de 2013

El Buda que ríe

Hace unos días me pasaron la historia sobre el Buda que ríe...

"Existe en Japón una historia sobre Hotei, el Buda que ríe. Toda su enseñanza consistió en reír. Iba de un lugar a otro, de un mercado a otro, se paraba en medio del mercado y empezaba a reír; y ese era su sermón.

Su risa era contagiosa, era una risa real. Todo su vientre vibraba de risa. Todo su ser se sacudía, retorciéndose de risa por el suelo. La gente que se amontonaba para verle empezaba a reírse, y la risa se esparcía como una marea y todo el pueblo se estremecía de risa.

Las gentes solían esperar la llegada de Hotei a sus pueblos, porque traía tal alegría que era una bendición. Nunca dijo ni una sola palabra, nunca. Si se le preguntaba por Buda, se reía; si se le preguntaba por la iluminación, se reía; si se le preguntaba por la verdad, se reía. La risa fue su único mensaje."


Y también me pasaron las instrucciones para la meditación de la risa que justo ahora acabo de poner en práctica...

"Al despertar cada mañana, antes de abrir los ojos, estírate como un gato. Estira cada fibra de tu cuerpo. Después de tres o cuatro minutos, con los ojos cerrados todavía, empieza a reírte. Ríete durante cinco minutos. Al principio puede que tu risa sea un poco forzada, pero pronto el sonido de tu intento te causará una risa genuina. Piérdete dentro de la risa. Pueden pasar varios días antes de que realmente ocurra, porque estamos muy desacostumbrados al fenómeno de la risa, pero en breve será espontánea y cambiará la naturaleza de tu día."
 

Añadiría que la risa, al principio, más que salirte un poco forzada te podría salir bastante forzada, pero si te imaginas lo que pensaría la gente si te viera mientras te retuerces en la cama riéndote...ahí la risa ya empieza a salir de forma natural y no puedes parar...

Pues aquí estoy, escribiendo muy madrugador para compartir la risa con todos ustedes porque...qué mejor regalo que la risa...

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