miércoles, 15 de mayo de 2019

Bendito bolso que casi se olvidaron


¿Qué más da si no sabía dónde me iba a alojar? Al final la casa se inundó y nos trasladaron a otro lugar, más cerca aún de donde se iba a celebrar la carrera, como si todo estuviera orquestado y la vida me llevara en volandas para correr y lograr mi reto… A veces no saber dónde vas hace que te puedas sorprender más, sobre todo si te dejas llevar y confías en la gente que te acompaña, adaptándome también a sus costumbres y circunstancias, tan distintos pero con un denominador común, pasarlo bien y disfrutar. La risa es una fiel seguidora que es capaz de brotar cuando menos me lo espero y por situaciones tan estrambóticas que con solo recordarlas me vuelvo a retorcer en el suelo…


Sin importarme la fila de espectadores de enfrente, me atreví a hablarle e interactuar, bendito bolso que casi se olvidaron y que fue la excusa perfecta... Y puedo decir que jamás un trayecto en el tren se me hizo tan corto…

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