miércoles, 17 de diciembre de 2014

Carta a los Reyes Magos

Antes de empezar con mi carta a los Reyes Magos quiero aclarar que estoy estupendamente o, mejor dicho, estoy como tengo que estar, que cada día que pasa es un aprendizaje y que sólo quiero estar feliz y en paz. Ni siquiera busco esa paz y felicidad porque ya lo estoy y simplemente la conservo, y si a ratos la pierdo enseguida la recupero. Y con respecto a la entrada de ayer, de las subidas y bajadas de esa montaña rusa vertiginosa, decir simplemente que la vida es eso, subidas y bajadas, teclas blancas y teclas negras, sonrisas y lágrimas...y eso me encanta, sobre todo la forma con la que he aprendido a tomarme las cosas o por lo menos lo intento, que todo es neutro. Pase lo que pase, será lo mejor para mí. Evelia y Carla, tenemos un desayuno pendiente y muchas cosas que compartir...



Y ahora sí, voy con la carta para que se haga la magia...

Queridos Reyes Magos,

Desde hace unos cuantos días algo resuena en mi cabeza y es el deseo de seguir haciendo cosas por primera vez. Ya no me cuesta tanto recordar cuándo fue la última vez que hice algo por primera vez, porque durante este año y gracias al Grupo VIVE principalmente, cada actividad ha sido una sorpresa. Asistí por primera vez a un taller de risoterapia, pude tocar con mis propias manos un erizo de tierra y una rata blanca se posaba sobre mis hombros mientras yo sonriente miraba a la cámara para inmortalizar ese momento, momento histórico porque lo estaba haciendo por primera vez. También pude asistir a un taller de biodanza, bailando como te saliera, sin protocolos ni normas, y tiempo después volví a hacer mi propia biodanza “made in Ibán” en una discoteca en la Santa, con los pies descalzos, y sonreí nuevamente al pensar que eso de quitarme los zapatos en una discoteca lo estaba haciendo por primera vez. Y así con más cosas que he hecho por primera vez, como vestirme de juguete de viento y actuar en los Jameos del Agua. Pero ya no sólo deseo hacer cosas por primera vez, que por supuesto que sí, sino que quiero ir más allá y sentir que cada cosa que hago sea como la primera vez, aunque ya lo haya hecho antes. Despertarme como si fuera la primera vez y no olvidar que la vida es un regalo, porque el simple hecho de abrir los ojos ya es toda una bendición, la mayor de las bendiciones...

Y también le pido seguir estando sano. No le pido salud, porque la salud ya la tengo y pedirla sería como que careces de ella, así que lo que hago es reiterarme en que estoy sano y quiero seguir estando sano. Oye, y si se enrollan y no les importa regálenme un viaje, porque saben que me gusta viajar, aunque sea un servidor el que se lo termine pagando, jeje, pero por lo menos que siga brotando en mí esas ganas locas de viajar y descubrir nuevas culturas y aventuras.

¿Es mucho o es poco? Saben qué les digo, que me regalen lo que quieran, porque realmente no necesito nada, todo lo tengo aquí, aunque puestos a pedir me pido una silla para la oficina, que la mía está destartalada. Bueno, lo de la silla mejor se la pido a mi jefe. Y ya, voy despidiéndome de ustedes porque el contenido se desmadra :-))

Eternamente agradecido,

Ibán.

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