Y entre risas, tres amigos que hemos vuelto a la soltería hicimos una reflexión sobre “rehacer nuestras vidas”, una expresión que se suele utilizar, sobre todo, cuando alguien se separa y vuelve a estar en el mercado… ¿Y qué, ya has rehecho tu vida? Esa es la pregunta del millón para hacer a las personas que se han divorciado si nos pica la curiosidad de si han vuelto a encontrar pareja… Pero profundicemos un poquito más en eso de “rehacer nuestras vidas”, porque a veces usamos frases ya hechas sin percatarnos del significado de las palabras: ¿el hecho de separarte implica que nuestra vida se deshace y tenemos que volver a hacerla?, ¿no se trata de continuar con nuestra vida ya hecha y simplemente pasamos el duelo por una pérdida que supondrá cambios, incluso un renacer, pero nunca un rehacer porque la vida sigue siendo y no hay necesidad de volver a hacerla? Porque claro, en esta sociedad no solemos hablar de “rehacer nuestras vidas” cuando cambiamos de trabajo, o de hogar o de lugar de residencia, nos solemos referir a ella cuando no tenemos pareja, generando la falsa creencia de que la necesitamos porque si no somos un producto incompleto, seres deshechos que necesitan adherirse a otros porque si no, sintiéndolo mucho, nuestra vida no estaría hecha y necesitamos rehacerla… Y que conste en acta que esta reflexión no es solo mía, sino de tres personas bien enteras cuyas reflexiones y compañía me dan la vida…
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