miércoles, 29 de julio de 2020

Alicia, la protagonista...

―¡Hola Alicia!

―¿Y cuándo pensabas avisarme? ―soltó de sopetón.

―¿De qué?

―De la presentación, ¿de qué va a ser? ―arqueó sus cejas y extendió sus manos hacia arriba dando a entender que la respuesta era obvia―. De casualidad he visto el cartel en las redes sociales.

―Ah, justo iba a llamarte ahora.

―¿Ahora? ¿Con tan pocos días de antelación?

―¿Y para qué necesitas más tiempo?

―A ver, tú serás el escritor, pero te recuerdo que yo soy tu musa, la gran protagonista de la novela, así que no voy a ir con cualquier cosa.

―¿Y qué te vas a poner?

―No sé, ¡ya me está entrando ansiedad! ―dijo agitando sus brazos para abanicarse y que le llegara aire fresco―. No tengo tiempo ni de ir a Las Palmas a comprar algo en el Corte Inglés. Además, ¿con los tiempos que corren nos dejarán viajar?

―Sí, ya podemos viajar.

―¡Menos mal! Porque sabes que sigue en pie mi promesa de…

―Ssshhh, ¡calla! No desveles nada, la gente no ha leído la novela aún.

―Anda, casi meto la gamba. ―Cerró su boca de forma apresurada ―. Bueno, pues entonces miraré qué tengo en el armario, algo sencillo, seguramente de negro, que me hace menos gorda. ―Y mientras dijo esto último intentó aguantar su respiración para disimular sus michelines.

―Y dale con que eres gorda, ¡pero si estás estupenda! ¿Acaso no te has mirado en el espejo?

―¿Tú crees?

―Tú y tus inseguridades ―le sonrió cariñosamente.

―¿Y la presentación será segura? ―preguntó con el miedo reflejado en su mirada―. Mira a ver si me vas a meter en la boca del lobo.

―Claro que sí, están acomodando todo para que cumpla con las medidas de seguridad y la gente podrá estar la mar de tranquila. Nos sentiremos como en nuestra propia casa aunque tengamos que llevar mascarilla.

―Bueno, me voy, a ver si encuentro el vestido perfecto para combinarlo con mis tacones rojos―dijo sonriendo―. Y con la mascarilla, que esta prenda se está convirtiendo en indispensable y también hay que saberla combinar con la ropa. ―añadió―. ¿A qué hora vienes a recogerme? La presentación es el sábado a las once y media de la mañana, ¿verdad? Uff, tendré que poner el despertador para no quedarme dormida, ya sabes mi historial con los sueños...

―Para ya, deja de hacer preguntas, relájate un poco ―la cortó en seco.

―Sí, tienes razón, estoy atacada, ¿y tú no estás nervioso? ―le preguntó curiosa.

―Sí, un poco, pero confío en que todo va a salir estupendamente bien.

―Tú y tu positividad.

―Nos lo tenemos que tomar como una gran fiesta, ¡esa es la actitud!

―Sí, tienes razón, vayamos con la intención de disfrutar ―hizo el amago de darle un abrazo hasta que se percató de la situación―. Mierda, que no nos podemos abrazar. «Como te vean, seguro que te multan», le soltó un pensamiento―. Bueno, pues nada. ―Y fue directa a chocarle con el codo.

―Adiós Alicia, nos vemos el sábado.

―Sí, nos vemos el sábado ―se dio la vuelta y empezó a caminar, pero de repente dio un giro de ciento ochenta grados para volver a comunicarse con su interlocutor―. Una última cosa ―le gritó a lo lejos.

―Dime.

―Gracias, gracias por haber escrito esta novela.

―De nada, gracias a ti por inspirarme ―le respondió―. Por cierto, ¿cómo has llevado este confinamiento?

―Si yo te contara… ―resopló―. El día en que lo haga asegúrate de llevar papel y bolígrafo porque tendrías material para una nueva novela. ―le guiñó un ojo y se dio la vuelta.




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