miércoles, 7 de agosto de 2013

Mensajero anónimo

El domingo, paseando por la playa, quise retroceder unos pasos para volver a leer un mensaje escrito sobre la arena...
 
El infinito es mi límite”
 
Me gustó tanto...que me hizo sonreír, así que desde aquí doy las gracias a ese mensajero anónimo, desde aquí agradezco a esa persona por haberme hecho sonreír y creer que mi límite está en el infinito...
 
Y es que eso de los mensajes en la playa, sin pretenderlo, pueden llegar hasta lo más profundo de nuestros corazones...
 
 

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