A veces entramos en conflicto por cosas que no tienen mayor trascendencia, pero querer tener la razón nos nubla la cabeza... Ante esto, recordé una pregunta: ¿Y dónde estarás dentro de 300 años? Dentro de 300 años no existirá nada, ni tú, ni él, ni la situación que está robándote la paz... ¿Merece entonces la pena darle tantas vueltas a la cabeza? A mí, por lo menos, la pregunta me ayuda a relativizar cualquier conflicto que se cruce en mi camino...
No hay comentarios:
Publicar un comentario