Una verdad como un templo, que las personas no mueren mientras sigan
vivas en tu corazón y eso es lo que me pasa a mí con Ángela,
cuyos recuerdos siguen intactos… Querida amiga, esto lo escribo en
el día de tu cumpleaños como homenaje a nuestra amistad, imborrable
a pesar de que ya no estás aquí, inquebrantable a pesar de que tu
muerte nos separó… Juntos, seguimos juntos, tú allá y yo aquí,
invisibles a la vista, pero tocándonos con el corazón… Y siempre
sonrío al recordarte… Y no veas lo que sigo hablando de ti, lo
orgulloso que estoy de ti y lo muy agradecido que estoy contigo por
todo lo que me aportaste… Y sí, sé que me sigues cuidando, desde
un rincón mágico nos estás vigilando…
Y me gusta recordarte así, volando, como aquel día en que la risa y los miedos se entrelazaron en una de nuestras tantas locuras, imposible contener la risa al recordarlo... Feliz vida, amiga mía, tus ojos azul cielo seguramente hayan conquistado ya el infinito Universo...