Creemos
que somos un punto, un punto que está separado de todo. Él no lo
sabe, vive en la más completa ignorancia, y la ignorancia no es no
tener cultura sino creerse este mundo y estar totalmente
identificado con sus pensamientos. Él es feliz a su manera, pero lo
que recibe son migajas de felicidad totalmente condicionadas. Siempre
está buscando algo, encima lo busca fuera, tiene muchas expectativas
y siempre quiere tener la razón, se le va la vida en tener la razón.
Tiene miedo, emite muchos juicios y cree en la culpa. No acepta las
cosas tal y como son y se resiste a los cambios. Se toma muy en serio
a sí mismo, es inconformista e influenciable, porque siempre busca
la valoración de los demás. Tiene muchas necesidades y está
apegado a las cosas y a las personas. Controla, controla mucho, el
control es una de sus virtudes, y eso hace que se pierda muchas
experiencias por miedo a no controlarlas. Todo eso le lleva al
sufrimiento...
Aún
así, cuando le preguntan, puede contestar con total inocencia y
convicción que es feliz, que su vida es plena, hasta que conoce una
alternativa y se da cuenta de que eso no era la verdadera felicidad.
Ese
punto negro, irremediablemente, va a desaparecer.
Un océano de luz y dicha le espera...
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