Como un tarro de
cristal que al abrirlo hace “clac”. Así me siento, que me han
abierto y que tengo que dar todo lo que llevo dentro. Amor,
simplemente amor, amor a raudales que nace de mi corazón. Qué
sanador y liberador ha sido lo del fin de semana. Ahora, gente de
mi alrededor comprende por qué doy esos abrazos y ahora, también
ellos quieren dar y recibir esos abrazos...
Y
para terminar, una frase que me encantó: Cuando
madures, búscame en los columpios...
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