Es curioso cuál es
el origen de la palabra persona...
“No
es difícil asociar al vocablo ‘persona’
con el teatro, basta con recordar algunos de sus derivados:
personalidad, personaje, personificar; pero también tiene una
relación directa con el sonido. Proviene del latín ‘persona’,
compuesta por el prefijo ‘per’
con una connotación superlativa y por ‘sonus’,
sonido. Significaba máscara que hace mucho ruido o que retumba. Pero
¿por qué?, veamos su historia.
El
teatro griego no sólo es reconocido por sus tragedias y comedias,
sino también por la eficiente acústica que tenían. De todos los
teatros que construyeron los griegos, en uno de ellos, el teatro de
Epidauro, lograron sin saberlo una acústica perfecta. Decimos ‘sin
saberlo’ porque en los posteriores teatros que construyeron
intentaron replicar el resultado y no lo consiguieron. Lo que
sorprende del teatro de Epidauro es que la voz de los actores puede
ser escuchada nítidamente en la grada más alejada, que se encuentra
a 70 metros del escenario. Este fenómeno único ha hecho que muchos
consultores acústicos hayan especulado sobre sus posibles causas.
Teorizaron sobre la ubicación, la forma, la pendiente, el viento,
pero hace unos dos o tres años, un experto en acústica y
ultrasonido descubrió que lo que en verdad hizo que este teatro se
distinguiera de los demás, fue la superficie acanalada de las
gradas. Estas lograban filtrar los sonidos de fondo y realzar las
voces de los actores enviando el sonido hacia la audiencia.
Una
de las teorías que se tenía, era que las enormes máscaras
utilizadas por los actores actuaban como primitivos megáfonos. De
ahí nace el concepto original de la palabra ‘persona’: máscara
que retumba o hace mucho ruido.
Estas
máscaras fueron indispensables en el teatro griego, ya que en sus
inicios solo había un actor para representar a todos los personajes
de la obra. Las máscaras le servían para darle las características
necesarias para interpretar a un anciano, una mujer, un niño, un
dios o un rey.
Estas
máscaras eran llamadas por los griegos ‘prósopon’,
que significaba: cara, máscara, aspecto. De este modo pasa al
etrusco ‘phersu’,
luego fue tomado por el latín. Desde ese momento la palabra persona
comienza un largo y fructífero período de transformación.
Los
teólogos de los primeros Concilios en sus discusiones sobre la
“naturaleza” y “persona” de Cristo, elaboraron los primeros
conceptos de persona centrándose en la intimidad y en la
introspección personal. Pasando por San Agustín, Boecio, Santo
Tomás, Occam; la noción de persona como un ser individual,
independiente y racional, fue tomando forma. Ya en la época moderna
se introdujeron elementos psicológicos y éticos.
Así
fue como este vocablo pasó de ser la máscara que representaba a un
personaje en el teatro griego, hasta llegar a referirse a cualquier
individuo”.
En
definitiva, somos una máscara, así que hoy, que comienzan los
carnavales, no tendríamos ni que disfrazarnos porque ya llevamos una
máscara incorporada. Sería ponernos una máscara sobre otra
máscara, pero ni una ni otra es real...
Qué
divertido, esta locura me divierte. Simplemente, no hay que creerse
nada ni tomarnos demasiado en serio. A disfrutar de los carnavales...
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