martes, 24 de febrero de 2015

El Doctor Amor

Cuando vas a una consulta médica normalmente estás asustado. En mi caso, estaba aterrado. La experiencia con el doctor que me atendió durante mi estancia en el hospital me inundó de miedo, pero ahora sé que no hubo culpables, que yo, en lugar de verlo desde el amor, lo veía todo desde el miedo. Tuvo que ser así y no de otra manera...



Pero al día siguiente todo cambió. Me tocaba conocer al médico especialista que iba a tratar mi diagnóstico. Recuerdo levantarme esa mañana antes de ir a la consulta y suspirar “otro médico más”. Lo que encontré fue un auténtico regalo, alguien que me hizo reír. No quise saber nada más ni preguntar por lo que vendría después, sólo di las gracias porque ese médico me hizo reír. Y más adelante vendrían más consultas y ese médico me seguía haciendo reír, muchísimo. Y me abrazaba, me daba un fuerte abrazo antes de despedirse de mí, tan fuerte, que a veces hasta me elevaba al cielo. Al principio me sorprendía, pero después lo agradecía. Había encontrado un médico atento, comprensivo, cariñoso. Hoy se ha convertido en un amigo...



Y como a alguien que conozco, que recientemente le han puesto el mote de “Doctor Amor” porque se ha dado cuenta de que la mejor medicina que puede recetar a sus pacientes es amor, a través de sus palabras de cariño y abrazos, ahora sé que yo también tuve la bendición de ser atendido por un Doctor Amor. Gracias de corazón...


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