Ayer fui a
casa de mis padres, después de un largo fin de semana sin ir a visitarlos, y
ahí estaba mi madre preguntándose si estaba muerto porque no había pasado por
allí, y cuando la perra se puso loca de contenta saltando frente a mí, mi madre
volvía a apostillar diciendo que era normal porque no me había visto desde
hacía un montón, jajaja, será que me echan de menos...
Pues ayer
volví al Islote, entre otras cosas, para recoger algunos productos de la
huerta ecológica que he pedido a mis padres que hagan, porque yo de plantar
como que no tengo mucha idea, y ya está dando sus primeros frutos: calabacines,
berenjenas, tomates, pimientos y hasta piñas tropicales...
Y cada vez
que voy a recoger algo de la huerta, me acuerdo mucho de la conversación que
tuve con mi amiga Carlota, que su padre le decía desde niña algo así como que
el secreto de nuestra salud y bienestar estaba en la tierra, que era nuestra
fuente de riqueza. La madre naturaleza nos provee de lo mejor. Además, más
bueno y más barato...
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