Ayer
quería ver la puesta de sol en Famara, pero no sólo vi la puesta
de sol, sino que además seguí la recomendación que me hizo
Jezabel...
Aprovechando
que estaba la marea tan vacía, me metí en uno de esos charcos que
se forman en la orilla y me puse a hacer
el cristo,
flotando sobre el agua. Todo mi cuerpo, excepto la cara, estaba bajo
el agua. Es curioso, pero cuando pones los oídos bajo el agua
dejas de escuchar el ruido de alrededor, pero en cambio sí puedes
escuchar otros sonidos con una claridad tal que hasta asombra, como
el latir de tu corazón. Un sonido nítido, armónico. Mi cuerpo
flotaba y yo sentía que estaba en una nave espacial, moviéndome
ligeramente sin estar anclado por la gravedad. Y si alguien viene y
te asusta...no sé. Y si te roban la toalla...no sé. A todo
pensamiento que venía con la intención de sacarme de allí le decía
no sé. Y después de un rato, cuando abrí los ojos y me
incorporé...no sabía dónde estaba, todo lo ves y sientes
diferente...
A
veces no sabes lo que quieres, pero a veces tampoco hay que decidir lo que queremos porque todo lo que pasa es perfecto tal
y como es...
Q grande! Eres muy grande!
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