miércoles, 10 de enero de 2018

El escultor de mi propia vida

¡Oh, amada soledad! ¿Dónde estás? Ven, quiero relacionarme contigo, quiero estar conmigo, esculpir un águila que me invite a volar, diseñar un caballo que me lleve en volandas hacia la eternidad, tú y yo, lo mismo, juntos por siempre jamás. Llegué contigo y abandonaré este mundo contigo. ¡Ya no te temo tanto como lo hacía antes! Cada vez me conozco más. Vivir la vida de otros y no la mía propia, eso ya no lo quiero; prefiero ser el escultor de mi propia vida y no la escultura de otros… 


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