Tal vez fui sin
expectativas o éstas eran demasiado bajas, lo cierto es que me
imaginé durmiendo en el desierto a la intemperie y nada más lejos
de la realidad. Nos esperaba una cómoda y cálida jaima. De todas
formas, tampoco me hubiera importado dormir al aire libre...
Amanecer en medio
del desierto es otra de las experiencias que me llevo...
En el campamento
coincidimos con nuestro amigo Chris, un neoyorquino que había dejado
atrás toda su vida anterior, familia y trabajo principalmente, para
centrarse en su búsqueda interior. Un ejemplo de no estar apegado a
nada ni a nadie...
Y después de un desayuno riquísimo, hicimos una excursión para visitar los rincones más
expectaculares...
Al mediodía
dejaríamos atrás el desierto para alcanzar la ciudad de Aqaba,
que se encuentra al sur del Jordania ocupando los únicos 27
kilómetros de costa de que dispone el país. Un núcleo turístico
que bien podría ser el Puerto del Carmen de Lanzarote...
Después de 9
días sin verlo, por fin vería el mar. Tenía unas ganas inmensas de estar en contacto
con él, de escucharlo, de sentirlo. Me estaba encantando el paisaje
que había visto hasta la fecha, le decía a mis compañeros, pero ya
echaba de menos el mar. Será que vivo en una isla y estoy acostumbrado...
Comparto contigo esas ganas" locas " de volver a ver ese mar , sentir cómo suavemente , unas veces , y otras pareciéndose al Cantábrico (un día tranquilo ) : Pero sobretodo ,,,, cuando se queda tan plano , fundiéndose con la que parece acariciarla ..... Todo esto y más alimenta cada d´´ia mis ganas de volver .Te mando un abrazo sonoro.
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