Una cosa es andar en
bici por tu pueblo y otra bien distinta es hacerlo por la ciudad,
sobre todo cuando hay carriles bicis y señales varias que debes de
respetar. Bueno, lo de las señales y normas no lo tengo tan claro, y
encima cogí una bicicleta sin saber muy bien qué debes y qué no
debes hacer. A saber si te tienes que sacar antes un carnet y yo
cometiendo un delito...
Recorrer
el famoso Central
Park con bici
ha sido otra de las experiencias vividas y altamente recomendables.
Es verdad que no todos los senderos son transitables con las
bicicletas, pero lo que puedes hacer es bajarte y hacer algunos
tramos a pie, sobre todo si quieres llegar a algunos rincones...
Lo de que no sabía
muy bien qué hacer o no hacer fue porque en una de mis maniobras
salgo del parque y me ví en medio de la quinta avenida, creo
recordar, pasando calles y calles intentando volver otra vez al
parque pero sin saber muy bien por dónde entrar. Además, yo no veía
ningún carril bici y tampoco sabía si podías pasar por la acera o
ese espacio está sólo reservado para los peatones. Y encima un
policía mirando, al que muy amablemente le pregunté que por dónde
se entraba, pero ni él estaba seguro de la respuesta. Eso sí, no me
dijo absolutamente nada, así que debe ser que no estaba cometiendo
ninguna infracción, jeje. Al final seguí avanzando y la encontré...
En
fin, que fue un subidón esto de coger
la bici en New York...
Y también decir que ayer me reencontré con mis compañeros y amigos de meditación. Me sigue sorprendiendo y agradando a partes iguales esa forma que tenemos de saludarnos, dándonos un abrazo intenso como si hiciera tiempo que no nos viéramos. En mi caso es verdad que hacía tres semanas que no me veían, pero es que si sólo hubiera pasado un día, el saludo no hubiera cambiado ni un ápice ni bajado en intensidad. Gracias...
Y también decir que ayer me reencontré con mis compañeros y amigos de meditación. Me sigue sorprendiendo y agradando a partes iguales esa forma que tenemos de saludarnos, dándonos un abrazo intenso como si hiciera tiempo que no nos viéramos. En mi caso es verdad que hacía tres semanas que no me veían, pero es que si sólo hubiera pasado un día, el saludo no hubiera cambiado ni un ápice ni bajado en intensidad. Gracias...
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