viernes, 8 de febrero de 2019

Manos que se hallan


Se encontraron, no fue por casualidad, se buscaron guiados por aquellos que se miraban... Dedos que se rozan y empieza el reconocimiento de lo que están sintiendo, se saludan, tímidamente, se empiezan a acariciar, ansiosos de más, por eso escalan lentamente hasta apoyarse completamente en la palma de la otra mano. Manos que se hallan, se deslizan la una con la otra, se deleitan con la suavidad del tacto, se entrelazan y se agarran con firmeza, fuertemente, hasta que la presión se desvanece y vuelven a bailar, ajenas ya a todas las miradas, porque los ojos se cierran cuando el sentir llega para que lo inunde todo y lo demás desaparezca…




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