Hacía por lo
menos más de un año que en la casa donde vivo no se preparaba una cafetera. La
razón es que no lo tomo, por eso no lo hacía, pero ayer preparé un desayuno
rico a gusto de todos los comensales, el invitado y un servidor. El hecho de
que yo haya cambiado la alimentación y no coma o no me apetezca comer ciertas
cosas, no es motivo para que no pueda preparar un desayuno variado en el que
cada uno coma lo que quiera. Aquí hay cabida para todos y todos serán bien
recibidos. El amor está hecho para sentirse, para expresarse, para vivirse.
Sentir amor y no expresarlo, es como envolver un regalo y no entregarlo...
Lo gracioso
fue cuando fui a comprar al supermercado las cosas necesarias para el desayuno
y me atendió una cajera llamada Teresa Feliz. Tenía unas ganas locas de
sacarle una foto a su etiqueta identificativa y se lo pedí, pero me dijo que no
podían hacerse fotos porque podían llamarle la atención. Entonces no, le
contesté, y al despedirme le dije que siguiera siendo tan feliz, lo que provocó
el rubor en sus mejillas y una tímida sonrisa...
Y después del
desayuno llegó el postre, un postre que duró prácticamente un día. Últimamente
no suelo ser de postres, pero ayer me empaché. Gracias a tod@s por el
maravilloso día...
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