lunes, 16 de noviembre de 2015

Teresa Feliz

Hacía por lo menos más de un año que en la casa donde vivo no se preparaba una cafetera. La razón es que no lo tomo, por eso no lo hacía, pero ayer preparé un desayuno rico a gusto de todos los comensales, el invitado y un servidor. El hecho de que yo haya cambiado la alimentación y no coma o no me apetezca comer ciertas cosas, no es motivo para que no pueda preparar un desayuno variado en el que cada uno coma lo que quiera. Aquí hay cabida para todos y todos serán bien recibidos. El amor está hecho para sentirse, para expresarse, para vivirse. Sentir amor y no expresarlo, es como envolver un regalo y no entregarlo...


Lo gracioso fue cuando fui a comprar al supermercado las cosas necesarias para el desayuno y me atendió una cajera llamada Teresa Feliz. Tenía unas ganas locas de sacarle una foto a su etiqueta identificativa y se lo pedí, pero me dijo que no podían hacerse fotos porque podían llamarle la atención. Entonces no, le contesté, y al despedirme le dije que siguiera siendo tan feliz, lo que provocó el rubor en sus mejillas y una tímida sonrisa...


Y después del desayuno llegó el postre, un postre que duró prácticamente un día. Últimamente no suelo ser de postres, pero ayer me empaché. Gracias a tod@s por el maravilloso día...

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