Cuando
detectas un miedo tienes dos opciones, guardarlo en un cajón y
tratar de ocultarlo, lo que te haría vivir de forma limitada y
fingida, viviendo con miedos pero aparentando que no tienes miedo, o
reconocerlo y tratar de afrontarlo. Eso mismo, reconocer un miedo,
se está convirtiendo en un regalo, porque cuando lo identifico y
lo miro de frente, empieza a difuminarse. Sí, señores, tengo
miedos, claro que tengo miedos, y no trato de decir lo contrario, por
supuesto que no. Sería interesante que fuéramos sinceros con
nosotros mismos. A veces no soy consciente de esos miedos y por eso
digo que no tengo miedo, pero cuando los descubro, madre mía, qué
alivio verlo y reconocerlo. Tengo miedo y es importante saber aquello
que tememos para que nos deje de dar miedo. ¿Quién soy? No tengas
miedo de mirar quién eres, conócete a ti mismo...
Y
por aquí dejo otro de los preliminares de la maestría de Reiki Shin
Do: “Conócete a ti mismo. Contempla lo que realmente eres y
suelta cualquier creencia autolimitante”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario