Arugamama, las cosas son como son, esta es la palabra que he aprendido hoy, lo que implica aceptación, fundamental para conseguir estar en paz...
Y en nuestro periplo por Kyoto hemos seguido visitando lugares maravillosos, como Arashiyama y su bosque de bambú, donde no he dejado de probar cosas ricas que me meto en la boca sin saber bien lo que son...
Kinkakuji-michi, también conocido como el templo dorado, me encantó, uno de mis favoritos hasta el momento...
Y al final son tantas las cosas que podrías visitar, que no pasa absolutamente nada si no da tiempo de todo y dejas algunas cosas atrás, lo importante es disfrutar de cada momento, como aquel en el que hemos descubierto la mejor cerveza japonesa hasta el momento...
Porque a Japón llegué solo, pero estoy muy bien acompañado...
Que sigas disfrutando cada segundo.Un gran abrazo
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