viernes, 18 de octubre de 2024

Día 14: ¡Sayonara, Japón!

Y toca volver a casa, emprender un largo viaje y lidiar con el agotamiento acumulado, pero con el corazón contento y lleno de entusiasmo... El último día siempre me gusta tomarme unos segundos para parar y observar con atención el lugar del que me estoy despidiendo porque, tal vez, no lo vuelva a visitar... ¡Sayonara, Japón!

Uno de mis rituales, cada vez que cojo un avión y hago un viaje es decirme: Que el Ibán que vuelva sea una mejor versión del Ibán que se va... Y no sé si viene una mejor versión de mí, pero sí traigo la mochila con sobrepeso por las experiencias vividas...

Dar las gracias por el viaje se queda corto, es justo lo que tocaba para seguir sanando y conectar con la motivación de continuar disfrutando de esta maravillosa vida hasta el fin de mis días...

El daruma japonés es un amuleto de la suerte que te cuida y te recuerda los sueños que aún te quedan por cumplir. Que así sea, me lo traigo conmigo en la maleta para que la ruleta de los sueños siga en movimiento... 

Un viaje acaba y otro comienza...





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