Y el avión se convierte en escenario… Asiento libre a mi lado, en su
lugar lo ocupa el miedo imaginario, no quiere dejarme solo, aún no. No me
molesta, ya no, he captado el mensaje y ahora es momento de integrar el nuevo aprendizaje.
Paciencia, dicen que es la madre de todas las ciencias… Debo abrazarlo hasta
que de verdad lo haya aceptado. Le cojo su mano, acaricio su piel sedosa y
aspiro su aroma a serpiente… ¿venenosa? Si me muerde da igual, formará
parte de la enseñanza, se trata de confiar en la vida, ¿no? Pero no lo hace,
solo sostiene mi mano y me dice que no huya sin antes enfrentarlo. Estoy a
salvo, amores que no matan, aliados que te liberan y sanan. Gracias, gracias
miedo por venir a visitarme…
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