martes, 15 de octubre de 2019

Lo que no se da, se pierde


Antes de comenzar las jornadas me pregunté qué puedo aprender y qué puedo aportar. Como diría Odile Fernández, lo que no se da, se pierde, y por eso compartí mi experiencia para ver si le podía ayudar aunque solo fuera a una persona, dejando claro que no soy partidario de utilizar la palabra contra, no hay que luchar contra ninguna enfermedad, sino que prefiero hablar de asociaciones de apoyo a enfermos y familiares de cáncer. Saber lo que comemos es importante, cuidar nuestro vehículo, que es nuestro cuerpo, es esencial, entre otras cosas porque solo disponemos de uno, pero siempre haciéndolo desde el amor y no desde el miedo, es decir, no evitar comer ciertos alimentos por temor a enfermarnos sino decidir cambiar nuestra alimentación porque queremos sentirnos mejor, más saludables. Hacer ejercicio físico también ayuda, incluso más de lo que creemos, así que a mover nuestros esqueletos porque es una forma de canalizar nuestras emociones y sanar. Y qué decir de las emociones, aprender a gestionarlas es vital, sobre todo el miedo a la muerte que merodea siempre por la mente, qué importante es saber cómo nos sentimos y expresarlo con palabras… 


Unas gratas jornadas organizadas por la Asociación Tri Rosas en las que se respiró vida y superación. ¡Infinitas gracias por la invitación, Paloma!



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