viernes, 3 de noviembre de 2017

Una vida con motivación

Allí, flotando sobre el mar, no podía dejar de sentir gratitud. -¡Estoy vivo!-, me salió de un suspiro y no paraba de sonreír mientras mis ojos conectaban con el azul del cielo.


Dicen que una vida sin motivación es como estar en un ataúd a la deriva, pero la vida parece estar regalándome más motivaciones para seguir explorando y sanando. O yo las estoy creando, esa es la sensación…

La distancia no es sinónimo de olvido, pues cierro los ojos y sigo sintiendo la conexión…

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