Observo los pensamientos, espero las respuestas que me brinda el silencio, trato de escuchar mi respiración y el latir de mi corazón, y si los escucho es que sigo vivo y lo agradezco. La soledad te regala todo eso...
¿Y qué sientes? De todo... y me encanta. Si siento miedo lo escucho y atiendo, si viene la ansiedad le pregunto por qué me ha venido a visitar, si a mi vera se asoma el agradecimiento, lo abrazo y agradezco aún más, si viene cualquier emoción, la siento, porque somos pura emoción y estamos aquí para experimentarlas y no para huir, además, la vida me ha parado y no puedo salir corriendo. El sentido de vivir es sentir, sentir y dejarlas pasar, no cargar... En barbecho, así me siento, dejando reposar mi cuerpo, rebajando las revoluciones que se movían aquí adentro, en lo más hondo, oxigenando la raíz y nutriendo la fuente el tiempo necesario para seguir cultivando vida...
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