¿Qué hacer si minutos antes de la presentación me dicen que es mejor que la haga solo, que es mi momento? Pues salir al ruedo igualmente, aceptar, confiar y verlo como una oportunidad. Ha llegado el momento...
¿Tanto inglés tenía dentro? ¿Y si tenemos más potencial del que creemos? Asombrado me quedé con la fluidez con la que entendía y respondía. Y fue lindo conectar con la gente. Ciertas miradas y sonrisas cómplices quedarán grabadas en mi corazón para siempre...
El salto del éxito. El objetivo que me propuse a principios de año se ha logrado y solo puedo decir GRACIAS a todos aquellos que me han ayudado. A Rubén y Diana, mis profesores de inglés, a Heidi e Irene, que han organizado el evento cuidando hasta el último detalle, a Caro, que su presencia ya es alimento para ser como soy, un niño pequeño, y a José Antonio, por soltarme y dejar que volara, aunque sé que está pendiente de mí, cuidándome como un hermano. A los que asistieron, que aprendí mucho con ellos, y a los que no asistieron, pero sé que estaban con el corazón...
Y el viaje no acaba, pues aquí voy a seguir disfrutando y rompiendo miedos...
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