Estoy disfrutando tanto la ciudad que me he propuesto ser uno de ellos. ¡Quiero ser un Amsterdamer! Aunque el requisito principal no lo podré cumplir porque se trata de vivir al menos un mes en la ciudad, estoy compensándolo con otras cosas como hacer locuras en la calle, coger la bicicleta y dejarme llevar por donde me quieran llevar...
Y eso es lo que les ha llamado la atención, que sea tan confiado. -¿Siempre dices sí a todo?-, me preguntaron. -No, si algo no me gusta digo no, pero a ti te digo sí porque me encantas, así que llévame por donde me quieras llevar-, le respondí. Confío en la vida y abro los regalos que me estoy encontrando por el camino, porque para sanar debo experimentar...
Y si tengo que ponerme unos suecos, me pongo unos suecos, pero no cejo en mi empeño de querer ser uno de ellos. ¡Cómo me gustan los juegos!
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