lunes, 16 de octubre de 2017

¡Hasta pronto, Amsterdam!

Quedarme en casa de alguien desconocido con tres gatos gigantes, coger una bicicleta y empezar a volar, caminar de espaldas y bajo la lluvia, correr por uno de sus parques para preparar mi próximo reto, la carrera de montaña, coincidir con una venezolana y que me enseñe a hacer arepas, subirme en una montaña rusa imaginaria, coger una guagua y desplazarme a otra ciudad cercana, probar los quesos atrufados... ¿Todo eso ha pasado en Amsterdam? Practicar yoga por primera vez, probar el famoso "ecstatic dance", una discoteca donde no se bebe alcohol ni se habla con los demás, simplemente sientes la música y bailas interactuando con la gente con tus movimientos y miradas, sentir el abrazo y la emoción de las personas porque el mensaje les ha llegado, tener la sensación de ser el protagonista de una película romántica, abrir muchísimos regalos, incluso uno reservado para el momento en que me encuentre dentro del avión... Todo eso he vivido en Amsterdam y por eso tengo muchísimas ganas de volver. Una parte de mi corazón ya les pertenece...
 
 
Total, dicen que lo tengo enorme, así que voy a dejar un trozo de mi corazón en cada rincón del planeta que tenga la oportunidad de visitar. ¿El próximo será Canadá? Vamos a visualizar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario