Y
sigo compartiendo lo que estoy leyendo...
-
Tengo
que reconoceros que estas últimas semanas me he observado con mucha
más atención y os confirmo a todos que efectivamente...soy
hiperreactiva. Cada vez que algún cliente no me trata como a mí me
gustaría ser tratada reacciono negativamente. Y
lo mismo en mi vida personal, con mis padres y amigos íntimos...
Mira que creía haber interiorizado lo que nos explicaste el mes
pasado, pero no he podido evitar enfadarme o ponerme triste. Y eso
que en alguna que otra ocasión me he dado cuenta de que no era lo
que me decían los demás lo que me perturbaba, sino lo que yo
interpretaba acerca de ello. Últimamente he descubierto que nadie
puede hacerme tanto daño como mis propios pensamientos. Pero nada.
No hay manera, Pablo. Sigo esclava de mis reacciones emocionales.
-
Te
felicito, Verónica.
-
¿A mí? ¿Por qué?
-
Por ser tan humilde.
-
¿Pero de qué me sirve la humildad si sigo reaccionando?
-
Es precisamente lo que te va a permitir trascender tus reacciones. De
hecho, que ahora mismo sigas reaccionando frente a la vida no tiene
importancia. No es bueno ni malo. Simplemente forma parte del proceso
gradual de cambio y crecimiento personal. Piensa que venimos
arrastrando muchos años de inconsciencia, reactividad e inercia... Y
que la consciencia es como un músculo. Para obtener los resultados
que deseamos de forma voluntaria necesitamos hacer uso de una
información veraz y entrenar a diario. Es como en cualquier otro
aprendizaje. Nadie nace sabiendo. Necesitamos practicar, cometer
errores y seguir practicando. Y de forma natural, cada uno a nuestro
ritmo, vamos mejorando nuestra competencia en el arte de vivir
conscientemente. Con el tiempo, este músculo estará tan
desarrollado que ya no nos supondrá tanta dificultad responder ante
las circunstancias adversas de la vida de forma proactiva. Así es
como va desapareciendo de nuestro día a día la reactividad y todas
sus nocivas consecuencias. Además, hemos de tener
en cuenta que este aprendizaje no es lineal. Es más bien en espiral.
A veces hemos de dar un paso hacia atrás para poder dar dos
adelante...
No hay comentarios:
Publicar un comentario