Decía Alfredo Kraus que para él cantar era sinónimo de estar vivo, que cantar le ayudaba a disipar los días de tormenta. Mientras leía esas frases en el último homenaje póstumo que se celebró en la isla, me llevé las manos a la boca para ocultar la exclamación que sin querer me salía, porque esas frases me llegaron al corazón...
Días atrás, tal vez un día de tormenta, se me pasó por la cabeza que igual no tenía sentido escribir más, pero al leer esas frases me reflejé en que escribir es sinónimo de estar vivo, en que la escritura, de alguna forma, siempre me ha ayudado a superar los días de tormenta, la escritura se está convirtiendo en mi forma de expresión con la que suelto todo lo que tengo, todo lo que siento, todo lo que soy, todo lo que quiero...
Y por eso aquí estoy, escribiendo cuando quiero, sin complejos, sin vergüenza, sin obligaciones, sin pretender que nadie lea lo que escribo. Escribo y soy consciente de que el día que nació el blog volví a estar vivo...
Por eso, también, hoy me he tomado el lujo de celebrar este tercer aniversario. Tres años ya de emociones y sentimientos, tres años en los que ha corrido la tinta con fuerza dibujando palabras, al igual que corre por un río el agua llena de vida. Tres años ya de vida, agradecido por poder seguir escribiendo aunque sea un gracias y buenos días, tres años vitales en mi vida. Renovarse o morir, dice el dicho, así que opto por la renovación con el mayor de los entusiasmos…
Gracias Yolanda, por esta maravillosa tarta. Gracias a ti, mi rinconcito amoroso y saludable, por formar parte de mi vida. GRACIAS...
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