jueves, 3 de septiembre de 2015

La fuerza del diálogo interno

Fue curioso lo que experimenté ayer. Me dijeron que me pusiera de pie con los brazos extendidos horizontalmente y, mientras alguien trataba de empujarlos hacia abajo, yo los conseguía mantener en la misma posición con todas mis fuerzas...

Después, durante unos treinta segundos aproximadamente, me empecé a decir cosas negativas, como que no valía para nada, que no podía, que no era nada bueno. Al acabar y alguien empujar mis brazos hacia abajo, fue imposible mantenerlos en la posición. Se desplomaron sin ofrecer la más mínima resistencia. Sentí cómo mi cuerpo se vaciaba de energía...

Y después hice todo lo contrario. Durante el mismo tiempo, comencé a decirme cosas positivas, como que era un ser maravilloso, que era poderoso, estaba repleto de salud y podía hacer absolutamente todo. Ahora, al intentar echarme los brazos hacia abajo, sí que tuve resistencia y no me dí por vencido. Mi cuerpo se volvió a cargar de energía...

Y todo eso fue para experimentar la fuerza que tiene el diálogo interno. Si nos decimos cosas feas y negativas, nuestro sistema inmunológico se debilitará y es más probable que tengamos enfermedades. Por el contrario, si nos decimos cosas bonitas y positivas, nuestras defensas se fortalecerán y seremos inmunes a todo...


Gracias, muchas gracias por haberme escogido como voluntario para experimentar la fuerza del diálogo interno...

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