Hace unos
días leí una frase y creo recordar que decía algo así: estamos aquí para
cometer errores y aprender de ellos, no para aparentar ser perfectos. Pues
este fin de semana yo he sido totalmente imperfecto y, además, no he hecho nada
por aparentar ser lo contrario. Un fin de semana lleno de conflictos con los
que he aprendido mucho…
Por lo
pronto, la primera conclusión que saco es: No hagas algo si no estás
totalmente convencido de ello. Mi lema es disfrutar y, si no estoy
disfrutando, buscar la manera de engancharme con el entusiasmo o dejarlo. Lo
tendré en cuenta para la próxima vez...
La segunda es dar lo máximo que puedas, que va en la línea de
conectarte con el entusiasmo. No hay
excusas por falta de tiempo, siempre hay tiempo para cambiar el rumbo de los acontecimientos...
La tercera es
comunicar aquello con lo que no estás de acuerdo, ser asertivo, ser
coherente, no aparentar que algo te da igual cuando realmente no te da igual...
La cuarta es no tomarte las cosas personalmente. Si alguien vierte
una opinión sobre ti, es su opinión y no tiene que influirte para nada...
Y la quinta es humildad, ser humilde…
Y ahora que
las escribo me río de mí mismo porque muchas de ellas, si no todas, son cosas que yo mismo he escrito en este
blog. Pues toma, aún no las tengo integradas y
la vida me ha dado la experiencia de darme cuenta de ello. Gracias a todos mis
compañer@s...
Y el domingo,
mientras acababa el fin de semana paseando por Famara, me decía que lo que pasó
pasó y no se puede cambiar. Ahora estaba allí, paseando por la playa. No te
fustigues, trátate amorosamente. Y me fui a la cama con mucha paz porque unas
cosas ya las había visto claras, otras las vi ayer claras y otras estoy pendiente de verlas
claras...