Antes
de empezar con mi carta
a los Reyes Magos
quiero aclarar que estoy estupendamente o, mejor dicho, estoy como
tengo que estar, que cada día que pasa es un aprendizaje y que sólo
quiero estar feliz y en paz. Ni siquiera busco esa paz y felicidad
porque ya lo estoy y simplemente la conservo, y si a ratos la pierdo
enseguida la recupero. Y con respecto a la entrada de ayer, de las
subidas y bajadas de esa montaña rusa vertiginosa, decir simplemente
que la vida es eso, subidas y bajadas, teclas blancas y teclas
negras, sonrisas y lágrimas...y eso me encanta, sobre todo la forma
con la que he aprendido a tomarme las cosas o por lo menos lo
intento, que todo es neutro.
Pase lo que pase, será lo mejor para mí.
Evelia y Carla, tenemos
un desayuno pendiente y
muchas cosas que compartir...
Y
ahora sí, voy con la carta para que se haga la magia...
Queridos
Reyes Magos,
Desde
hace unos cuantos días algo resuena en mi cabeza y es el deseo de
seguir haciendo cosas por primera vez. Ya
no me cuesta tanto recordar cuándo fue la última vez que hice algo
por primera vez,
porque durante este año y gracias al Grupo VIVE principalmente, cada
actividad ha sido una sorpresa. Asistí por primera vez a un taller
de risoterapia, pude tocar con mis propias manos un erizo de tierra y
una rata blanca se posaba sobre mis hombros mientras yo sonriente
miraba a la cámara para inmortalizar ese momento, momento histórico
porque lo estaba haciendo por primera vez. También pude asistir a un
taller de biodanza, bailando como te saliera, sin protocolos ni
normas, y tiempo después volví a hacer mi propia biodanza “made
in Ibán” en una discoteca en la Santa, con los pies descalzos, y
sonreí nuevamente al pensar que eso de quitarme los zapatos en una
discoteca lo estaba haciendo por primera vez. Y así con más cosas
que he hecho por primera vez, como vestirme de juguete de viento y
actuar en los Jameos del Agua. Pero
ya
no sólo deseo hacer cosas por primera vez, que por supuesto que sí,
sino que quiero ir más allá y sentir que cada cosa que hago sea
como la primera vez, aunque ya lo haya hecho antes.
Despertarme como si fuera la primera vez y no olvidar que la vida es
un regalo, porque el simple hecho de abrir los ojos ya es toda una
bendición, la mayor de las bendiciones...
Y también le pido seguir estando sano.
No le pido salud, porque la salud ya la tengo y pedirla sería como
que careces de ella, así que lo que hago es reiterarme en que estoy
sano y quiero seguir estando sano. Oye, y si se enrollan y no les
importa regálenme un viaje, porque saben que me gusta viajar, aunque
sea un servidor el que se lo termine pagando, jeje, pero por lo menos
que siga brotando en mí esas ganas locas de viajar y descubrir
nuevas culturas y aventuras.
¿Es
mucho o es poco? Saben qué les digo, que me regalen lo que quieran,
porque realmente no necesito nada, todo lo tengo aquí, aunque
puestos a pedir me pido una silla para la oficina, que la mía está
destartalada. Bueno, lo de la silla mejor se la pido a mi jefe. Y ya,
voy despidiéndome de ustedes porque el contenido se desmadra :-))
Eternamente
agradecido,
Ibán.
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