lunes, 15 de diciembre de 2014

Angelito de los deseos

Faltaba tanto tiempo y pensaba que no lo iba a soportar, que por unos segundos se me pasó por la cabeza lanzarme al vacío y acabar con todo, pero no lo hice, principalmente porque tan sólo fue un pensamiento pasajero que duró unos segundos y, también en parte, gracias a la persona que estaba a mi lado sustentándome, secando mis lágrimas, lágrimas que salieron de mí y me renovaron por dentro, recargando mi energía y fuerza para continuar. Siempre estaré agradecido a esa persona, porque forma parte de mí, aunque las circunstancias cambien. Hace tanto tiempo de eso…


Y el sábado introduje mi deseo en el cuerpo del angelito de los deseos. Cuenta la tradición que el pueblo napolitano, en épocas de pobreza, hacía estos angelitos con los distintos fideos que tenían en sus casas y los obsequiaban a sus familiares y amigos. El que los recibía escribía un deseo en un pequeño papel y lo colocaba enrollado dentro del cuerpo del angelito para que se cumpliera. Pues bien, el mío ya está escrito...

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